Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.

CONTRA EL SILENCIO Y EL BULLICIO INVENTO LA PALABRA, libertad que se inventa y me inventa cada día.

Octavio Paz

IMÁGENES EN LIBERTAD

miércoles, 30 de enero de 2019

OXIMORÓN EN FALSETE





Oxímoron es una figura literaria que consiste en combinar dos expresiones de significado opuesto en una misma estructura, con el objetivo de generar un tercer concepto con un nuevo sentido. Dado que el sentido literal de oxímoron es opuesto, ‘absurdo’ (por ejemplo, «un instante eterno»), se fuerza al lector o al interlocutor a comprender el sentido metafórico

Se miran
se ven a plena luz
en la salubre oscuridad

Se aproximan
                     se huelen
                                     se lamen
Se cruzan
               y entraman
Se tejen

Se desatan y
                  se arman
Se desnudan y
                     anudan
Se comprimen y
                        se alargan
Se unen y
               des-corren
el mutuo velo

Se concentran
como un jugo alquímico
en manos de un niño

Salivas conjugando
el mismo verbo
sudores enmarcando
un óleo florido de mariposas

una noche
de sales y pieles
entrecruzadas.

Brillan y explotan
se murmuran
a viva voz
               se gritan en silencio

Fabian y Daniel
                        se aman.


jueves, 29 de marzo de 2018

NO ES MUCHO MAS...NI MENOS...



La patria es el otro

La patria es el otro porque la patria nunca es la patria sino que siempre puede ser otra. No es esencial ni cerrada ni definitiva. Es otra porque está siempre en tránsito, extrañada de sí misma, reinventándose, abierta a la presencia de los otros que la van transformando. La patria es el otro porque la patria nunca es la patria y nunca es el yo. Ni siquiera es un conjunto de yoes que intercambian mercancías, ya que la prioridad del yo es su autoafirmación a partir de la sujeción y disolución del otro. Se puede ser padre y hacer de los hijos propiedades, posesiones, objetos; pero se puede ser padre que da vida y en ese acto se desprende, se despoja, pierde. La patria siempre pierde. No da rédito ni conviene ni es exitosa, ya que no es para sí sino para el otro. Prioriza al otro en tanto otro: su necesidad, su carencia, su debilidad. Por eso, la patria es pérdida, gasto, vocación. No hay una economía de la patria. La patria es amor, pero no amor como expansión del yo que hace de todo lo que ama una cosa para engrandecerse, sino amor como interrupción de la lógica de la ganancia y entrega al otro que somos todos, porque la patria es el otro y la patria somos todos esos otros que en nuestras múltiples transformaciones hacemos de la patria algo abierto, diverso, múltiple. Incluso no hay una patria, ya que no es algo estático ni firme ni definitivo, ni siquiera “algo” en sentido estricto, ya que la patria es un ejercicio de recreación permanente; se recrea a sí misma todo el tiempo ya que no tiene una definición precisa, sino que crece en ese proceso de reinvención incesante que es la identidad como búsqueda y no como producto.
La patria es el otro porque no es precisa ni última ni verdadera. Es nuestra. Y ni siquiera. Es nuestra en esa paradoja identitaria entre lo propio y lo ajeno, entre lo que nos constituye y nos diferencia, entre lo propio y lo impropio. Entre. La patria es el otro porque la patria siempre es entre. Entre todos los que la hacemos que nunca somos todos porque siempre hay un resto que irrumpe y hace que esa totalidad se vuelva a abrir. Entre, porque nadie tiene la verdad definitiva, nadie tiene, sino que la patria circula entre nuestras diferencias, nos despoja. Es ese fluir que a todos contamina y a todos mixtura. La patria es el otro porque no es pura, ni neutra, ni formal, sino que es ese entrecruzarse ilimitado de nuestras singularidades. No es un crisol ni una fusión, sino una conversación infinita. Y si hay conversación, no hay monólogo. Y si no hay monólogo, no hay pensamiento único, sino palabras que construyen sentido sobre otras palabras previas, pero sobre todo abiertas a la imprevisible presencia de las voces no escuchadas que se redimen haciéndose oír, contaminando el lenguaje. La patria es ese otro que excede todo lenguaje, ya que todo lo que digamos de la patria, lo decimos; y por ello se confina en un lenguaje previo que muchas veces olvida, invisibiliza, opaca las pieles, los estómagos, las gargantas, los cuerpos. La patria incorpora, en ese sentido de la palabra incorporar que significa hacer cuerpo, porque la patria duele, se goza, se sufre, se disfruta y sobre todo exige anteponer. Es previa no porque repose en el pasado sino porque provoca el futuro. Por eso la patria es el otro, porque la ética antecede a cualquier definición, incluso de la ética. La patria es el otro porque el bien siempre es del otro, y el otro es siempre esa carencia que clama responsabilidad.
La patria es el otro porque excede toda institución, toda ideología, todo interés. Es desinteresada. No se mueve por otro objetivo que no sea el bien del otro. Por eso no es tanto un acuerdo o un pacto entre las partes, sino más bien un don, algo que se da sin buscar en ello un rédito, porque la carencia de cualquiera es mi obligación. Es la obligación de cualquiera. Cualquiera es la obligación de cualquiera. Cualquiera, dice Giorgio Agamben, es el sujeto de la comunidad que viene, que de sujeto no tiene nada, ya que es cualquiera. Importa como cualquiera. Somos antes que nada cualquiera invirtiendo así la connotación despreciativa del término en el sentido en que Simone Weil sostenía que lo más sagrado del ser humano es lo que tiene de impersonal, ya que en nombre de las diferentes formas de concebir a la persona se ejecutaron los peores procesos de despersonalización. La patria es el otro porque es la patria de cualquiera. La patria es el otro porque cualquier otro es siempre nuestra patria…

sábado, 24 de marzo de 2018

#30000 Somos Todos


NUEVO ELOGIO DE LA LOCURA

El primero fue escrito hace siglos por Erasmo de Rotterdam. No recuerdo bien de qué trataba, pero su título me conmovió siempre, y hoy sé por qué: la locura merece ser elogiada cuando la razón, esa razón que tanto enorgullece al Occidente, se rompe los dientes contra una realidad que no se deja ni se dejará atrapar jamás por las frías armas de la lógica, la ciencia pura y la tecnología. De Jean Cocteau es esta profunda intuición que muchos prefieren atribuir a su supuesta frivolidad: Víctor Hugo era un loco que se creía Víctor Hugo. Nada más cierto: hay que ser genial —epíteto que siempre me pareció un eufemismo razonable para explicar el grado supremo de la locura, es decir, de la ruptura de todos los lazos razonables— para escribir Los trabajadores del mar y Nuestra Señora de París. Y el día en que los plumíferos y los sicarios de la junta militar argentina echaron a rodar la calificación de «locas» para neutralizar y poner en ridículo a las Madres de la Plaza de Mayo, más les hubiera valido pensar en lo que precede, suponiendo que hubieran sido capaces, cosa harto improbable. Estúpidos como corresponde a su fauna y a sus tendencias, no se dieron cuenta de que echaban a volar una inmensa bandada de palomas que habría de cubrir los cielos del mundo con su mensaje de angustiada verdad, con su mensaje que cada día es más escuchado y más comprendido por las mujeres y los hombres libres de todos los pueblos. Como no tengo nada de politólogo y mucho de poeta, veo el decurso de la historia como los calígrafos japoneses sus dibujos: hay una hoja de papel, que es el espacio y también el tiempo, hay un pincel que una mano deja correr brevemente para trazar signos que se enlazan, juegan consigo mismo, buscan su propia armonía y se interrumpen en el punto exacto que ellos mismos determinan. Sé muy bien que hay una dialéctica de la historia (no sería socialista si no lo creyera), pero también sé que esa dialéctica de las sociedades humanas no es un frío producto lógico como lo quisieran tantos teóricos de la historia y la política. Lo irracional, lo inesperado, la bandada de palomas, las Madres de la Plaza de Mayo, irrumpen en cualquier momento para desbaratar y trastocar los cálculos más científicos de nuestras escuelas de guerra y de seguridad nacional. Por eso no tengo miedo de sumarme a los locos cuando digo que, de una manera que hará crujir los dientes de muchos bien pensantes, la sucesión del general Viola por el general Galtieri es hoy obra evidente y triunfo significativo de ese montón de madres y de abuelas que desde hace tanto tiempo se obstinan en visitar la Plaza de Mayo por razones que nada tienen que ver con sus bellezas edilicias o la majestad más bien cenicienta de su celebrada pirámide. En los últimos meses, la actitud cada vez más definida de una parte del pueblo argentino se ha apoyado consciente o inconscientemente en la demencial obstinación de un puñado de mujeres que reclaman explicaciones por la desaparición de sus seres queridos. La vergüenza es una fuerza que puede disimularse mucho tiempo, pero que al final estalla de las maneras más inesperadas, y ese factor no ha sido tenido jamás en cuenta por la soberbia de los militares en el poder. Que bajo la férula menos violenta de Viola esa explosión haya asumido la magnitud de una manifestación de miles y miles de argentinos en las calles céntricas de Buenos Aires, y una serie creciente de declaraciones, denuncias y peticiones en los periódicos, es una prueba de debilidad castrense que la estirpe de los Galtieri y otros halcones no podía tolerar. Ellos, por supuesto, no lo saben de manera demasiado lúcida, pero la lógica de la locura no es menos implacable que la que se estudia en el colegio militar: el corolario del teorema es que el general Galtieri debería estar reconocido a las Madres de la Plaza de Mayo, pues es sobre todo gracias a ellas que ha podido dar el zarpazo que acaba de encaramarlo en el sillón de los mandamás. Por su parte, las madres y las abuelas que sin saberlo han facilitado su entronización, no tienen la menor idea de lo que han hecho. Muy al contrario, pues en el plano de la realidad inmediata esa sustitución de jefatura significa una profunda agravación del panorama político y social de la Argentina. Pero esa agravación es al mismo tiempo la prueba de que la copa está cada vez más colmada, y que el proceso llega a su punto de máxima tensión. Es entonces que la respuesta de esa parte de nuestro pueblo capaz de seguir teniendo vergüenza deberá entrar en acción por todas las vías posibles, y que las fuerzas del interior y del exterior del país tendrán que responder a algo que las está invitando a salir de una etapa harto explicable pero que no puede continuar sin darle la razón a quienes pretenden tenerla. Sigamos siendo locos, madres y abuelitas de la Plaza de Mayo, gentes de pluma y de palabra, exilados de dentro y de fuera. Sigamos siendo locos, argentinos: no hay otra manera de acabar con esa razón que vocifera sus slogans de orden, disciplina y patriotismo. Sigamos lanzando las palomas de la verdadera patria a los cielos de nuestra tierra y de todo el mundo.
JULIO CORTAZAR

Inicialmente apareció en el periódico La República, editado en París el 19 de febrero de 1982

de “Argentina: años de alambradas culturales” Publicado en 1984

sábado, 17 de marzo de 2018

COMO TERMINAR CON LA POBREZA


Tiro al pichón: Manual Chocobar para la reducción de la pobreza

Por María José Sánchez / Martes 13 de marzo de 2018

Mate. Ante la duda, mate. Si está seguro, mate. Si es sospechoso de algo, mate. Dispare a matar. A la nuca. Dispare por la espalda. Siempre dispare a matar. Si es pobre, mate. Si es negrito y tiene gorra. Si se cubre la cabeza con capucha, tire a matar. Mate para restarlos de este, nuestro mundo. El mundo de los que sí tuvimos oportunidades.
Mate, aunque usted, quien dispara, también sea como el que cae por los tiros, sólo que elije traicionar su clase de la manera más cruel y sangrienta. Quítelo de nuestra vista y de nuestras cuentas de un balazo. Haga, dispare el arma que el gobierno carga. A la nuca, por la espalda, no se olvide.
Para usted, miserable traidor, asesino cruel, hay abrazos. Hay aplausos y flashes. Para usted hay un sitio reservado de privilegio: a usted lo haremos ejemplo. Con usted haremos doctrina, traidor de clase, asesino de niños. Inauguramos una nueva etapa de terror, donde el Estado es quien elige y elimina a las víctimas. Mate, que para eso le dimos el arma tan rápido, para eso lo torturamos como escuela, para que aprenda a odiar. Y odie. Fuerte y sin disimulo. Odie hasta aborrecer su hogar, su origen, su piel. Odie y mate. Vamos, mátense entre ustedes.
Elimínelos. Tire, carajo, tire a matar. Que no lo vea tirando a las patas, que ahí no hay abrazos ni cámaras. Por la espalda, le dije. Por la espalda. Elimínelos, que son muchos, se multiplican a diario. Son hambre, son frío, son peste. Que no vamos a sacarlos de ahí abajo, no vinimos a eso. Reduzca a tiros a los pobres, que este país no es para ellos. Achíquennos los índices un poco, mate, vaya, que vamos a felicitarlo frente al pueblo. Le voy a palmear la espalda yo, carajo, le digo que mate, que me reduzca la pobreza a tiros, a pura tristeza, que ya se dieron cuenta que no somos nosotros los que vamos a multiplicar los panes. Mate, le digo, que ya se dieron cuenta que nosotros vinimos a eliminar comensales.

María José Sánchez nació el 3 de Abril de 1982 en la ciudad de Mar del Plata, donde siempre residió. Es Gestora Cultural. Publicó dos libros de poemas, Último Desierto y Hoy, así. En España se publicó en 2013 su primera novela, El amor y sus tumbas.
Fuente: www.diarioregistrado.com.ar

martes, 6 de febrero de 2018

Ese hombre soñó algo que yo sueño

Más que nunca creo que la lucha en pro del socialismo latinoamericano debe
enfrentar el horror cotidiano con la única actitud que un día le dará la victoria: cuidando preciosamente, celosamente, la capacidad de vivir tal como la queremos para ese futuro, con todo lo que supone de amor, de juego y de alegría. La difundida imagen de la muchacha norteamericana que ofrece una rosa a los soldados con las bayonetas caladas sigue siendo una demostración de lo que va del enemigo a nosotros; pero que nadie entienda o finja entender aquí que esa rosa es un platónico signo de no violencia, de
ingenua esperanza; hay rosas blindadas, como las vio el poeta, hay rosas de cobre, como las inventó Roberto Arlt. Lo que cuenta, lo que yo he tratado de contar, es el signo afirmativo frente a la escalada del desprecio y del espanto, y esa afirmación tiene que ser lo más solar, lo más vital del hombre: su sed erótica y lúdica, su liberación de los tabúes, su reclamo de una dignidad compartida en una tierra ya libre de este horizonte diario de colmillos y de
dólares. 

Julio Cortázar - El Libro de Manuel


Detrás de "La Gente" está LA GENTE

15 de enero de 2018 - Fuente Pagina12

El poder y la gente





Hay gente a la que le hicieron creer que es “La gente”. No es "toda la gente", ni mucho menos, claro, pero andan por la vida, intervienen en las reuniones familiares y en la cola del supermercado como si estuviesen investidos de un aura de legitimidad institucional. Son los voceros de los Medios en el llano. Ellos, es decir "La gente", no tienen ni mucho ni poco, les va más o menos bien o más o menos mal, pero esa medianía les confiere, al parecer, cierta garantía de ecuanimidad. Nadie les paga para hablar y viven de su trabajo. Hacen gala de un presunto equilibrio aséptico, no contaminado por la voracidad de ricos (que solo compiten entre sí) y pobres (que le chupan la sangre al Estado y, por añadidura, a "La gente”).
Esa gente, “La gente”, cree estar en un lugar equidistante entre los poderosos y los débiles. Hasta pretende ser "imparcial". Lo justo es lo justo. Pero jamás se siente amenazada por los poderosos y siempre está esperando que el Estado la proteja de los débiles. Si se hace un repaso por sus obsesiones verbalizadas, se desprende que no le interesa lo que el Estado haga con los poderosos. Los considera una suerte de abstracción naturalizada. No los ve. Ni los sojeros ni los banqueros ni los empresarios afectan su vida. Ni siquiera si son funcionarios. Todos ellos hacen su negocio y punto. Como si vivieran en otro mundo, sometidos a leyes y reglas inocuas para quienes no tienen ni mucho ni poco. Como necesaria contrapartida, esa gente, La gente, les atribuye a los débiles, a los perejiles, a los lúmpenes, un poder extraordinario: todos ellos son, o podrían haber sido, o podrían llegar a ser, una amenaza para su tranquilidad cotidiana. 
En el esquema mental de “La gente”, los que hacen peligrar su estabilidad no son los que fijan las tasas de interés de las lebacs sino los que rompen baldosas y pintan las fachadas de los edificios históricos, los capangas de la Salada, los ñoquis del Congreso. Si escucha a alguien decir que a partir de un decreto presidencial miles de millones de pesos que pertenecen al fondo de sustentabilidad de la Anses quedarán expuestos a los avatares del mercado, le entra por un oído y le sale por el otro. No ingresa a su órbita de paranoias domésticas.  Pero si se entera de que el referente de un movimiento social cobra un subsidio de diez mil pesos por mes, estalla. Esa plata se la están robando a ella, en la cara y a la vista de todos, porque diez mil pesos es una cifra que sabe calibrar: coincide con lo que le aumentó la luz, el gas, la prepaga, los peajes. Son “La gente”, se presentan como un colectivo, pero se sienten robados individualmente.  
Para la escala que maneja “La gente”, Luis D’Elía es más poderoso que Luis Caputo. Y tres bañeros mal pagados le disputan el poder de igual a igual a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, que finalmente prevalece, gracias a Dios, por su “valentía”. En el fondo, el gran déficit de “La gente” es la imposibilidad de calcular las dimensiones reales de las cosas.
Ante cada derecho colectivo que se pierde, esos que fueron canonizados como “La gente” pero no son toda la gente, ni mucho menos, quedan más lejos de los verdaderos poderosos. Pero no se dan cuenta. Están satisfechos, eso sí, porque creen que los palos y los gases del Estado los protegerán y los alejarán de los verdaderos débiles. Paradoja: ellos, “La gente”, los que no tienen ni mucho ni poco, en realidad tienen cada vez menos, en la práctica ya no están protegidos por el Estado y, aunque no lo sepan, están empezando a caer peligrosamente cerca de esa “otra gente” a la que siempre temieron. Pero recién descubrirán la pesadilla cuando se despierten.


LA MADRE DE TODAS LAS LUCHAS

El 25 de en ero, en una charla con Alfredo Grande en el programa Sueños Posibles de Radio La Retaguardia, la madre de Plaza de Mayo admitió su preocupación por la situación actual del país debido a las políticas del Gobierno de Macri. La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también habló de su vida íntima y de sus luchas, que continuarán por siempre. (Por La Retaguardia)



“Estoy preocupada por todo lo que pasa. Muy preocupada. Pienso que hay un retroceso muy grande y muy peligroso. Hay una provocación a la irritación del pueblo para que la gente esté mal, irritada y triste”, fue lo primero que dijo Norita ni bien estableció comunicación con la radio, y definió al tipo de Gobierno que lleva adelante Mauricio Macri: “Estamos con un Gobierno de derecha y de ideología fascista. Eso está claro. De ahí a perder todos los logros que se consiguieron con años de lucha. Hay una venganza que no nos merecemos, hay un odio contra la población. Es querer destruir todo, pero para qué ¿Qué van a hacer cuándo destruyan todo? ¿Van a vivir 4 ricos metidos en una cápsula? Va a llegar un momento en que los muy ricos no van a tener quienes los atiendan. Habrá esclavos un tiempo hasta que los esclavos se rebelen. La Argentina para recomponerse va a tener que sufrir mucho. No somos acreedores del maltrato que estamos recibiendo. Todo este pueblo tiene ganas de trabajar y respeta su trabajo”, aseguró.

La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también se refirió al conflicto que existe en el Hospital Posadas donde siguen sucediéndose los despidos de sus empleados y empleadas: “Un hospital que fue hospital escuela y que aun con toda la represión que sufrió sigue teniendo una atención personalizada, con profesionales de primera. El Gobierno, en vez de estar orgulloso, ponderar, ayudar y empujar para que no le falte nada y seguir avanzando en la medicina, lo destruye. Es lo que no entiendo. Yo no entiendo a este Gobierno, no lo entiendo más. ¿Qué quiere el país? ¿Quiere la sombra, la oscuridad y la tristeza?”, se preguntó Cortiñas, que también se refirió a la eliminación de la paritaria docente: "Eso de que los docentes tienen que salir de la sindicalización es una aberración. Costó muertes, sangre y lucha poder sindicalizarse. Después que el país pudo organizarse para tener cobertura para los obreros y los trabajadores, tiran todo por la borda. Los Ministros, los que dan la noticia, no entiendo qué sienten. Tengo todo el dolor. Veo que nos vamos para atrás y para atrás. Nos vamos a hundir como pueblos como Haití, El Salvador y Honduras. Con la política de (Carlos Saúl) Menem parecíamos un país bananero. Esto parece peor. Sin hablar con desprecio de estos países que luchan, pero a dónde vamos a parar. Vamos a parar a un estado de decepción total, donde la gente ya no crea en nadie”, vaticinó Nora.

                             

Además, se refirió a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la acusó de aliada de Macri y responsable de este presente oscuro. También apuntó contra la militancia política que la siguió: “Yo creo que Cristina fabricó esta historia. Fue socia de Macri los últimos años. En la Legislatura, todas las leyes las votaban en conjunto, lo sabemos. El Frente para la Victoria y el PRO hacían una sociedad. Creo que este es el resultado. Una sociedad donde hoy te toca a vos y mañana me toca a mí. La militancia cambió el rumbo de decir 'esto no lo queremos', 'esto no te vamos a aplaudir', 'esto no es bueno para el desarrollo del país'. Hay una falla muy grande en la apreciación de lo que es la política. Durante 12 años se perdió la historia de formalizar y formar cuadros con toda la juventud hermosa que tenemos. Cuadros que estén preparados para decirle a su candidato qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. La Argentina tiene una historia política de luchas muy fuerte, con mucha juventud que aportó, que puso su pecho, su cuerpo y su inteligencia. Esa militancia no fue apreciada”, manifestó Norita en el programa Sueños Posibles de Radio La Retaguardia.


Nora Cortiñas es un ejemplo de lucha y perseverancia, de amor y solidaridad. Según cuenta ella, antes de ser una de las referentes más importantes de derechos humanos que es ahora, tuvo una vida normal donde apreció la militancia política de su hijo y se enorgulleció de sus sueños: “Estoy tratando de hacer un archivo con las cositas que tengo. Humildes. Papelitos, cartas, volantes. Voy viendo cuántos años de lucha. Yo no siquiera puedo conocer los años de lucha de mi hijo, de los 30 mil. Yo en esa época era un ama de casa. Tenía mis miedos, mis cosas. Lo veía militar a mi hijo. La militancia de ellos y el fervor por conseguir que se lograra una patria para todos y todas. El sueño de ellos era que los chicos no tuvieran hambre. Ni chicos ni grandes. Y que hubiera trabajo”, contó.
Otro de los temas que tocó Norita fue la política extranjera y las guerras que enfrentan a diferentes países del mundo: “Parecía que el este y el oeste eran enemigos hasta que resultó que eran el norte y el sur. Cuando empecé con esta militancia era el este y el oeste. Perseguían a los comunistas. Hasta que nos dimos cuenta que el gran conflicto era el norte y el sur. Al sumarse otra potencia como China ese este-oeste no existe más. La disputa es de otra manera. Me producen mucho dolor las guerras que siguen. Turquía sigue bombardeando a los kurdos, bombardeando naciones enteras. ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? Amigos y hermanos nuestros están siendo matados por los turcos. No termina su afán. ¿Hasta dónde vamos? ¿Cuál es la ambición? ¿Qué es lo que quiere este país que se cree dueño de todas las poblaciones indefensas?”, se preguntó indignada.
“Seguimos aceptando que haya países, potencias y gobiernos que se hagan dueños de una población. No hay un respeto al derecho de los pueblos. Yo no entiendo mucho. Tengo una intuición. Yo soy una madre, sigue siendo una madre. No soy politóloga. Son intuiciones de 40 años en la calle. No nací en el seno de un hogar político. Mi papá era catalán, en esos años era negador de (Hipólito) Yrigoyen. Era un hombre sencillo. Vino de España, crió a sus hijas. Mi marido era peronista del '45, amante de Evita. Trabajaba cerca de Evita. No Perón sino Evita, con su humanidad. Yo no entendí la política. Yo veo, palpé, estuve en la calle, golpeé puertas y vi la reacción de los políticos. Cada uno se acomodaba. Estuve en Naciones Unidas, en la OEA y veía cómo se negociaba el petróleo, las vacas y la tierra. Vi cómo las comunidades indígenas no hacen más que defender su tierra y las matan”, expresó Norita.


Nuevamente, se mostró dolida por la situación actual que vive el país, habló de venganza, de las políticas de exterminio y le dejó un mensaje al presidente: “Lamento que este Gobierno no mida las consecuencias de la política que está llevando adelante. No es solamente la económica sino también la cultural y la política en general. Una política de exterminio de todo lo que sean pensamientos elevados y progresistas. Hay una venganza total sobre los años pasados. Una venganza sanguinaria. Tanto es así la represión que hay: Preparar a los jóvenes, comprar armas otra vez a Rusia. Ya nos vendió durante el terrorismo de Estado. Yo digo, a dónde va el Gobierno, qué quiere este Gobierno. Exterminar toda la posibilidad de vivir que tiene este pueblo en progreso, en avance y en respeto mutuo. Lo digo con respeto, pero con mucha desazón y con mucha bronca. No se puede permitir que nos avasallen todos los derechos. La salud, la educación la vivienda, la tierra. ¡Macri reaccioná!. No seas tan fascista. No seas exterminador de las políticas de avance y de progreso de tu pueblo. Recapacitá” pidió la Madre de Plaza de Mayo y se refirió a las maniobras que orquesta este Gobierno para presentar y llevar adelante sus políticas: “Se engaña y se miente. No habría necesidad de mentir. Si tienen un proyecto que lo digan. Día por día vemos que la mentira y el ocultamiento no ayudan. Este Gobierno va a terminar en una situación de abandono de pueblo. El pueblo no lo va a seguir acompañando. El pueblo tiene un límite”, expresó.
Nadie mejor que Nora Cortiñas puede hablar del pueblo como un conjunto de resistencia y lucha. Lo sabe porque lo ha vivido, en la calle, en marchas y reclamos, a lo largo de más de 40 años: “Lo que tenemos en este pueblo es que no bajamos los brazos. Lo que tenemos es que sabemos muy bien que la lucha continúa. Si hemos enfrentado una dictadura sangrienta por qué no vamos a enfrentar a un gobierno fascista y destructor. Hay que estar todos juntos. Juntos, pero no revueltos. Las heridas del pasado no se borran. Tenemos que recomponer la historia. La política no puede destruirse, hay que recomponerla. La política es parte de la vida democrática. Cuando un ama de de casa va a la carnicería está haciendo política. Discute el precio, pelea. Eso es. La gente se horroriza. La deuda externa hay que volver a encararla este año. La deuda externa va a traer hambre y hambre por siglos. Interesémosnos los argentinos en cuánto debemos, a quién le debemos, qué intereses pagamos. Basta de tolerar estas cosas. Sigamos saliendo a las calles todas las veces que sea necesario. Con los brazos en alto. Tenemos mucho que hacer. Este pueblo nunca estuvo dormido. El pueblo argentino, después del '76, empezó a tener otra visión de la política. Tenemos que seguir acompañándonos y haciendo diálogos todos los días para profundizar cuál es el camino que tenemos que seguir. No es fácil, pero lo vamos a hacer”, aseguró Norita que admitió que la construcción política llega con el diálogo y si alguien piensa distinto a ella está bien que se lo marque: “Me gusta cuando me dicen algo en lo que esté equivocada porque entre todos tenemos que formar el destino nuestro. Entre todos, todos los días. Tenemos que hablar, dialogar y buscar caminos. El que estamos ahora no es el verdadero camino. El camino es el camino de la verdad y de la justicia, no el de la reconciliación”, sentenció.


Días atrás, la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora junto a otros referentes de los derechos humanos presentó un recurso para desestimar el beneficio de prisión domiciliaria que se le otorgó al genocida Miguel Etchecolatz, refugiado en la ciudad de Mar del Plata. En ese sentido, aseguró que los intentos por devolver al represor a la prisión seguirán y exigió que ningún genocida sea liberado: “El 1° de febrero la haremos nuevamente. La casa que necesita es la cárcel. Ahí mismo, si lo quieren dejar en esa zona, está la cárcel de Batán que le vendría muy bien. Es otra cosa más que tenemos que seguir trabajando. Después de que termine la feria judicial seguiremos adelante. No a la domiciliaria de los genocidas. El genocidio, los crímenes que se cometieron en la Argentina, son crímenes de lesa humanidad. No prescriben, no son amnistiables y no nos van a llevar a la reconciliación. Acá no va a haber justicia transicional como dijo (Nicolás) Massot en estos días. No señor, en Argentina no va a haber justicia transicional, va a haber justicia verdadera. Queremos toda la verdad y toda la justicia. Acá no hay perdón, no hay olvido y no hay reconciliación. Que lo tengan bien en claro todos y todas”, afirmó, inclaudicable, Nora Cortiñas.