Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.

CONTRA EL SILENCIO Y EL BULLICIO INVENTO LA PALABRA, libertad que se inventa y me inventa cada día.

Octavio Paz

IMÁGENES EN LIBERTAD

martes, 6 de febrero de 2018

Ese hombre soñó algo que yo sueño

Más que nunca creo que la lucha en pro del socialismo latinoamericano debe
enfrentar el horror cotidiano con la única actitud que un día le dará la victoria: cuidando preciosamente, celosamente, la capacidad de vivir tal como la queremos para ese futuro, con todo lo que supone de amor, de juego y de alegría. La difundida imagen de la muchacha norteamericana que ofrece una rosa a los soldados con las bayonetas caladas sigue siendo una demostración de lo que va del enemigo a nosotros; pero que nadie entienda o finja entender aquí que esa rosa es un platónico signo de no violencia, de
ingenua esperanza; hay rosas blindadas, como las vio el poeta, hay rosas de cobre, como las inventó Roberto Arlt. Lo que cuenta, lo que yo he tratado de contar, es el signo afirmativo frente a la escalada del desprecio y del espanto, y esa afirmación tiene que ser lo más solar, lo más vital del hombre: su sed erótica y lúdica, su liberación de los tabúes, su reclamo de una dignidad compartida en una tierra ya libre de este horizonte diario de colmillos y de
dólares. 

Julio Cortázar - El Libro de Manuel


Detrás de "La Gente" está LA GENTE

15 de enero de 2018 - Fuente Pagina12

El poder y la gente





Hay gente a la que le hicieron creer que es “La gente”. No es "toda la gente", ni mucho menos, claro, pero andan por la vida, intervienen en las reuniones familiares y en la cola del supermercado como si estuviesen investidos de un aura de legitimidad institucional. Son los voceros de los Medios en el llano. Ellos, es decir "La gente", no tienen ni mucho ni poco, les va más o menos bien o más o menos mal, pero esa medianía les confiere, al parecer, cierta garantía de ecuanimidad. Nadie les paga para hablar y viven de su trabajo. Hacen gala de un presunto equilibrio aséptico, no contaminado por la voracidad de ricos (que solo compiten entre sí) y pobres (que le chupan la sangre al Estado y, por añadidura, a "La gente”).
Esa gente, “La gente”, cree estar en un lugar equidistante entre los poderosos y los débiles. Hasta pretende ser "imparcial". Lo justo es lo justo. Pero jamás se siente amenazada por los poderosos y siempre está esperando que el Estado la proteja de los débiles. Si se hace un repaso por sus obsesiones verbalizadas, se desprende que no le interesa lo que el Estado haga con los poderosos. Los considera una suerte de abstracción naturalizada. No los ve. Ni los sojeros ni los banqueros ni los empresarios afectan su vida. Ni siquiera si son funcionarios. Todos ellos hacen su negocio y punto. Como si vivieran en otro mundo, sometidos a leyes y reglas inocuas para quienes no tienen ni mucho ni poco. Como necesaria contrapartida, esa gente, La gente, les atribuye a los débiles, a los perejiles, a los lúmpenes, un poder extraordinario: todos ellos son, o podrían haber sido, o podrían llegar a ser, una amenaza para su tranquilidad cotidiana. 
En el esquema mental de “La gente”, los que hacen peligrar su estabilidad no son los que fijan las tasas de interés de las lebacs sino los que rompen baldosas y pintan las fachadas de los edificios históricos, los capangas de la Salada, los ñoquis del Congreso. Si escucha a alguien decir que a partir de un decreto presidencial miles de millones de pesos que pertenecen al fondo de sustentabilidad de la Anses quedarán expuestos a los avatares del mercado, le entra por un oído y le sale por el otro. No ingresa a su órbita de paranoias domésticas.  Pero si se entera de que el referente de un movimiento social cobra un subsidio de diez mil pesos por mes, estalla. Esa plata se la están robando a ella, en la cara y a la vista de todos, porque diez mil pesos es una cifra que sabe calibrar: coincide con lo que le aumentó la luz, el gas, la prepaga, los peajes. Son “La gente”, se presentan como un colectivo, pero se sienten robados individualmente.  
Para la escala que maneja “La gente”, Luis D’Elía es más poderoso que Luis Caputo. Y tres bañeros mal pagados le disputan el poder de igual a igual a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, que finalmente prevalece, gracias a Dios, por su “valentía”. En el fondo, el gran déficit de “La gente” es la imposibilidad de calcular las dimensiones reales de las cosas.
Ante cada derecho colectivo que se pierde, esos que fueron canonizados como “La gente” pero no son toda la gente, ni mucho menos, quedan más lejos de los verdaderos poderosos. Pero no se dan cuenta. Están satisfechos, eso sí, porque creen que los palos y los gases del Estado los protegerán y los alejarán de los verdaderos débiles. Paradoja: ellos, “La gente”, los que no tienen ni mucho ni poco, en realidad tienen cada vez menos, en la práctica ya no están protegidos por el Estado y, aunque no lo sepan, están empezando a caer peligrosamente cerca de esa “otra gente” a la que siempre temieron. Pero recién descubrirán la pesadilla cuando se despierten.


LA MADRE DE TODAS LAS LUCHAS

El 25 de en ero, en una charla con Alfredo Grande en el programa Sueños Posibles de Radio La Retaguardia, la madre de Plaza de Mayo admitió su preocupación por la situación actual del país debido a las políticas del Gobierno de Macri. La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también habló de su vida íntima y de sus luchas, que continuarán por siempre. (Por La Retaguardia)



“Estoy preocupada por todo lo que pasa. Muy preocupada. Pienso que hay un retroceso muy grande y muy peligroso. Hay una provocación a la irritación del pueblo para que la gente esté mal, irritada y triste”, fue lo primero que dijo Norita ni bien estableció comunicación con la radio, y definió al tipo de Gobierno que lleva adelante Mauricio Macri: “Estamos con un Gobierno de derecha y de ideología fascista. Eso está claro. De ahí a perder todos los logros que se consiguieron con años de lucha. Hay una venganza que no nos merecemos, hay un odio contra la población. Es querer destruir todo, pero para qué ¿Qué van a hacer cuándo destruyan todo? ¿Van a vivir 4 ricos metidos en una cápsula? Va a llegar un momento en que los muy ricos no van a tener quienes los atiendan. Habrá esclavos un tiempo hasta que los esclavos se rebelen. La Argentina para recomponerse va a tener que sufrir mucho. No somos acreedores del maltrato que estamos recibiendo. Todo este pueblo tiene ganas de trabajar y respeta su trabajo”, aseguró.

La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también se refirió al conflicto que existe en el Hospital Posadas donde siguen sucediéndose los despidos de sus empleados y empleadas: “Un hospital que fue hospital escuela y que aun con toda la represión que sufrió sigue teniendo una atención personalizada, con profesionales de primera. El Gobierno, en vez de estar orgulloso, ponderar, ayudar y empujar para que no le falte nada y seguir avanzando en la medicina, lo destruye. Es lo que no entiendo. Yo no entiendo a este Gobierno, no lo entiendo más. ¿Qué quiere el país? ¿Quiere la sombra, la oscuridad y la tristeza?”, se preguntó Cortiñas, que también se refirió a la eliminación de la paritaria docente: "Eso de que los docentes tienen que salir de la sindicalización es una aberración. Costó muertes, sangre y lucha poder sindicalizarse. Después que el país pudo organizarse para tener cobertura para los obreros y los trabajadores, tiran todo por la borda. Los Ministros, los que dan la noticia, no entiendo qué sienten. Tengo todo el dolor. Veo que nos vamos para atrás y para atrás. Nos vamos a hundir como pueblos como Haití, El Salvador y Honduras. Con la política de (Carlos Saúl) Menem parecíamos un país bananero. Esto parece peor. Sin hablar con desprecio de estos países que luchan, pero a dónde vamos a parar. Vamos a parar a un estado de decepción total, donde la gente ya no crea en nadie”, vaticinó Nora.

                             

Además, se refirió a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la acusó de aliada de Macri y responsable de este presente oscuro. También apuntó contra la militancia política que la siguió: “Yo creo que Cristina fabricó esta historia. Fue socia de Macri los últimos años. En la Legislatura, todas las leyes las votaban en conjunto, lo sabemos. El Frente para la Victoria y el PRO hacían una sociedad. Creo que este es el resultado. Una sociedad donde hoy te toca a vos y mañana me toca a mí. La militancia cambió el rumbo de decir 'esto no lo queremos', 'esto no te vamos a aplaudir', 'esto no es bueno para el desarrollo del país'. Hay una falla muy grande en la apreciación de lo que es la política. Durante 12 años se perdió la historia de formalizar y formar cuadros con toda la juventud hermosa que tenemos. Cuadros que estén preparados para decirle a su candidato qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. La Argentina tiene una historia política de luchas muy fuerte, con mucha juventud que aportó, que puso su pecho, su cuerpo y su inteligencia. Esa militancia no fue apreciada”, manifestó Norita en el programa Sueños Posibles de Radio La Retaguardia.


Nora Cortiñas es un ejemplo de lucha y perseverancia, de amor y solidaridad. Según cuenta ella, antes de ser una de las referentes más importantes de derechos humanos que es ahora, tuvo una vida normal donde apreció la militancia política de su hijo y se enorgulleció de sus sueños: “Estoy tratando de hacer un archivo con las cositas que tengo. Humildes. Papelitos, cartas, volantes. Voy viendo cuántos años de lucha. Yo no siquiera puedo conocer los años de lucha de mi hijo, de los 30 mil. Yo en esa época era un ama de casa. Tenía mis miedos, mis cosas. Lo veía militar a mi hijo. La militancia de ellos y el fervor por conseguir que se lograra una patria para todos y todas. El sueño de ellos era que los chicos no tuvieran hambre. Ni chicos ni grandes. Y que hubiera trabajo”, contó.
Otro de los temas que tocó Norita fue la política extranjera y las guerras que enfrentan a diferentes países del mundo: “Parecía que el este y el oeste eran enemigos hasta que resultó que eran el norte y el sur. Cuando empecé con esta militancia era el este y el oeste. Perseguían a los comunistas. Hasta que nos dimos cuenta que el gran conflicto era el norte y el sur. Al sumarse otra potencia como China ese este-oeste no existe más. La disputa es de otra manera. Me producen mucho dolor las guerras que siguen. Turquía sigue bombardeando a los kurdos, bombardeando naciones enteras. ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? Amigos y hermanos nuestros están siendo matados por los turcos. No termina su afán. ¿Hasta dónde vamos? ¿Cuál es la ambición? ¿Qué es lo que quiere este país que se cree dueño de todas las poblaciones indefensas?”, se preguntó indignada.
“Seguimos aceptando que haya países, potencias y gobiernos que se hagan dueños de una población. No hay un respeto al derecho de los pueblos. Yo no entiendo mucho. Tengo una intuición. Yo soy una madre, sigue siendo una madre. No soy politóloga. Son intuiciones de 40 años en la calle. No nací en el seno de un hogar político. Mi papá era catalán, en esos años era negador de (Hipólito) Yrigoyen. Era un hombre sencillo. Vino de España, crió a sus hijas. Mi marido era peronista del '45, amante de Evita. Trabajaba cerca de Evita. No Perón sino Evita, con su humanidad. Yo no entendí la política. Yo veo, palpé, estuve en la calle, golpeé puertas y vi la reacción de los políticos. Cada uno se acomodaba. Estuve en Naciones Unidas, en la OEA y veía cómo se negociaba el petróleo, las vacas y la tierra. Vi cómo las comunidades indígenas no hacen más que defender su tierra y las matan”, expresó Norita.


Nuevamente, se mostró dolida por la situación actual que vive el país, habló de venganza, de las políticas de exterminio y le dejó un mensaje al presidente: “Lamento que este Gobierno no mida las consecuencias de la política que está llevando adelante. No es solamente la económica sino también la cultural y la política en general. Una política de exterminio de todo lo que sean pensamientos elevados y progresistas. Hay una venganza total sobre los años pasados. Una venganza sanguinaria. Tanto es así la represión que hay: Preparar a los jóvenes, comprar armas otra vez a Rusia. Ya nos vendió durante el terrorismo de Estado. Yo digo, a dónde va el Gobierno, qué quiere este Gobierno. Exterminar toda la posibilidad de vivir que tiene este pueblo en progreso, en avance y en respeto mutuo. Lo digo con respeto, pero con mucha desazón y con mucha bronca. No se puede permitir que nos avasallen todos los derechos. La salud, la educación la vivienda, la tierra. ¡Macri reaccioná!. No seas tan fascista. No seas exterminador de las políticas de avance y de progreso de tu pueblo. Recapacitá” pidió la Madre de Plaza de Mayo y se refirió a las maniobras que orquesta este Gobierno para presentar y llevar adelante sus políticas: “Se engaña y se miente. No habría necesidad de mentir. Si tienen un proyecto que lo digan. Día por día vemos que la mentira y el ocultamiento no ayudan. Este Gobierno va a terminar en una situación de abandono de pueblo. El pueblo no lo va a seguir acompañando. El pueblo tiene un límite”, expresó.
Nadie mejor que Nora Cortiñas puede hablar del pueblo como un conjunto de resistencia y lucha. Lo sabe porque lo ha vivido, en la calle, en marchas y reclamos, a lo largo de más de 40 años: “Lo que tenemos en este pueblo es que no bajamos los brazos. Lo que tenemos es que sabemos muy bien que la lucha continúa. Si hemos enfrentado una dictadura sangrienta por qué no vamos a enfrentar a un gobierno fascista y destructor. Hay que estar todos juntos. Juntos, pero no revueltos. Las heridas del pasado no se borran. Tenemos que recomponer la historia. La política no puede destruirse, hay que recomponerla. La política es parte de la vida democrática. Cuando un ama de de casa va a la carnicería está haciendo política. Discute el precio, pelea. Eso es. La gente se horroriza. La deuda externa hay que volver a encararla este año. La deuda externa va a traer hambre y hambre por siglos. Interesémosnos los argentinos en cuánto debemos, a quién le debemos, qué intereses pagamos. Basta de tolerar estas cosas. Sigamos saliendo a las calles todas las veces que sea necesario. Con los brazos en alto. Tenemos mucho que hacer. Este pueblo nunca estuvo dormido. El pueblo argentino, después del '76, empezó a tener otra visión de la política. Tenemos que seguir acompañándonos y haciendo diálogos todos los días para profundizar cuál es el camino que tenemos que seguir. No es fácil, pero lo vamos a hacer”, aseguró Norita que admitió que la construcción política llega con el diálogo y si alguien piensa distinto a ella está bien que se lo marque: “Me gusta cuando me dicen algo en lo que esté equivocada porque entre todos tenemos que formar el destino nuestro. Entre todos, todos los días. Tenemos que hablar, dialogar y buscar caminos. El que estamos ahora no es el verdadero camino. El camino es el camino de la verdad y de la justicia, no el de la reconciliación”, sentenció.


Días atrás, la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora junto a otros referentes de los derechos humanos presentó un recurso para desestimar el beneficio de prisión domiciliaria que se le otorgó al genocida Miguel Etchecolatz, refugiado en la ciudad de Mar del Plata. En ese sentido, aseguró que los intentos por devolver al represor a la prisión seguirán y exigió que ningún genocida sea liberado: “El 1° de febrero la haremos nuevamente. La casa que necesita es la cárcel. Ahí mismo, si lo quieren dejar en esa zona, está la cárcel de Batán que le vendría muy bien. Es otra cosa más que tenemos que seguir trabajando. Después de que termine la feria judicial seguiremos adelante. No a la domiciliaria de los genocidas. El genocidio, los crímenes que se cometieron en la Argentina, son crímenes de lesa humanidad. No prescriben, no son amnistiables y no nos van a llevar a la reconciliación. Acá no va a haber justicia transicional como dijo (Nicolás) Massot en estos días. No señor, en Argentina no va a haber justicia transicional, va a haber justicia verdadera. Queremos toda la verdad y toda la justicia. Acá no hay perdón, no hay olvido y no hay reconciliación. Que lo tengan bien en claro todos y todas”, afirmó, inclaudicable, Nora Cortiñas.