Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.

CONTRA EL SILENCIO Y EL BULLICIO INVENTO LA PALABRA, libertad que se inventa y me inventa cada día.

Octavio Paz

IMÁGENES EN LIBERTAD

sábado, 30 de octubre de 2010

QUE SE MUERA LA MUERTE!!!!

Una mirada sobre la guerra...la de ayer...la de hoy...la que llevamos dentro.
Una mirada sobre nosotros...los de ayer...los de hoy...los que seguimos siendo.

Extracto de libro de Kurt Vonegut Jr. Matadero 5



Billy miró el reloj que había sobre la cocina de gas. Tenía que matar el tiempo durante una hora antes de que llegara el platillo. Se fue a la salita balanceando la botella como si fuera una campana, se sentó en una butaca y puso en marcha el televisor. Entonces, tras haberse aislado ligeramente del tiempo, vio la última película, primero al revés, de fin a principio, y luego otra vez en sentido normal. Era una película sobre la actuación de los bombarderos americanos durante la Segunda Guerra Mundial y sobre los valientes hombres que los tripulaban. Vista hacia atrás la historia era así:

Aviones americanos llenos de agujeros, de hombres heridos y de cadáveres, despegaban de espaldas en un aeródromo de Inglaterra. Al sobrevolar Francia se encontraban con aviones alemanes de combate que volaban hacia atrás, aspirando balas y trozos de metralla de algunos aviones y dotaciones. Lo mismo se repitió con algunos aviones americanos destrozados en tierra, que alzaron el vuelo hacia atrás y se unieron a la formación.

La formación volaba de espaldas hacia una ciudad alemana que era presa de las llamas. Cuando llegaron, los bombarderos abrieron sus portillones y merced a un milagroso magnetismo redujeron el fuego, concentrándolo en unos cilindros de acero que aspiraron hasta hacerlos entrar en sus entrañas. Los containers fueron almacenados con todo cuidado en hileras. Pero allí abajo, los alemanes también tenían sus propios inventos milagrosos, consistentes en largos tubos de acero que utilizaron para succionar más balas y trozos de metralla de los aviones y de sus tripulantes. Pero todavía quedaban algunos heridos americanos, y algunos de los aviones estaban en mal estado. A pesar de ello, al sobrevolar Francia aparecieron nuevos aviones alemanes que solucionaron el conflicto. Y todo el mundo estuvo de nuevo sano y salvo.

Cuando los bombarderos volvieron a sus bases, los cilindros de acero fueron sacados de sus estuches y devueltos en barcos a los Estados Unidos de América. Allí las fábricas funcionaban de día y de noche extrayendo el peligroso contenido de los recipientes. Lo conmovedor de la escena era que el trabajo lo realizaban, en su mayor parte, mujeres. Los minerales peligrosos eran enviados a especialistas que se encontraban en regiones lejanas. Su tarea consistía en enterrarlos y esconderlos bien para que así no volvieran a hacer daño a nadie.

Los pilotos americanos mudaron sus uniformes para convertirse en muchachos que asistían a las escuelas superiores. Y Hitler se transformó en niño, según dedujo Billy Pilgrim. En la película no estaba. Porque Billy extrapolaba. Y se imaginó que todos se volvían niños, que toda la humanidad, sin excepción, conspiraba biológicamente para producir dos criaturas perfectas llamadas Adán y Eva.



Y para abundar en el concepto, un video realizado sobre la canción "Living with War" de Neil Young, y su traducción.
Trabajemos por una buena vida, un mundo más Justo, más Igual, más Humano.


Viviendo con la Guerra

Estoy viviendo con la guerra
Estoy viviendo a diario con la guerra
Estoy viviendo a diario con la guerra en mi corazón
Estoy viviendo ahora mismo con la guerra


Y cuando amanece veo a mi prójimo
Y en la pantalla plana matamos y nos matan una y otra vez
Y al caer la noche rezo por la paz
Trato de recordar la paz (verla)

Me uno a las multitudes
Levanto mi mano en signo de paz
No me someto a las leyes de la implacable policía
Hago el voto sagrado
De no matar nunca más
De no matar nunca más

Estoy viviendo con la guerra en mi corazón
Estoy viviendo con la guerra en mi corazón y en mi mente
Estoy viviendo con la guerra ahora mismo
Me niego a seguir la corriente
A aceptar las fosas comunes
A empuñar un arma humeante
Que es el símbolo de la conquista del Oeste
Pero cuando cae el telón rezo por la paz
Y trato de recordar la paz (de verla)

En las calles atiborradas
En los grandes hoteles
En las mezquitas y en las puertas del viejo museo
Hago el voto sagrado
De no matar nunca más
Trato de recordar la paz

El resplandor rojo del misil
Las bombas que estallan en el aire
Confirman por la noche,
Que nuestra bandera sigue allí

Estoy viviendo a diario con la guerra
Estoy viviendo a diario con la guerra en mi corazón
Estoy viviendo ahora mismo con la guerra

viernes, 22 de octubre de 2010

OTROS VENDRAN, DIJO PACO

Para leer con música de fondo






Poemas de Francisco Urondo






Argentina


es este un país en el cual se fornica a toda hora

en la hora de la serenidad y en la del peligro

se fornica con esposas propias y ajenas

con parientes

en grupos de toda edad

hombres entre sí mujeres entre ellas

fornican como pueden en este país

en este país se fornica sin alegría

no se ama como uno quisiera

en este país estamos muy tristes

nos ha ocurrido una desgracia

y ahora no hay sosiego en el corazón desorientado

y se tiene miedo

y todos quisieran abandonarse

y claman por una tregua

y no pueden amar como soñaron

ni reconocer que otros vendrán

sin nuestro señorío sin nuestra incapacidad









Amarla Es Difícil


Es buena, cuando duerme;

el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio

que remonta los sueños.
Cuando calla, es buena


y su voz una premonición olvidada y peligrosa

que arruina el silencio.
Cuando grita o llora

o se lamenta o se divierte o se cansa,

nada puede contener

este dolor alegre que envenena

mis sueños y mi soledad.

Por eso es difícil pensar

en ella, en su cara bondadosa;

abandonarse; por eso

es una cobardía retenerla

y dejarla ir, una pavorosa crueldad.

A veces, cuando lo pienso,

no se qué hacer con ella,

con este destino luminoso








Ave Del Paraíso




Sos como una perdiz empollando, todo

el día en la cama; reina de la indolencia,

cuidando todo el día que no se vaya el calor.
Sacerdotisa mía, panadera,

dame esa hostia para ingresar al cuerpo

de la bondad; andariega, zapato tibio para insultar y acariciar.
Perdiz que viene volando y aterriza y queda suspendida

sobre mi corazón, como una escarapela, como una fiesta

nacional. Sal y harina. Pereza, panadera.







Fin Y Principios


Estoy en los ruidos de la tristeza,

en las tablas de la perdición,

en el aire de este tiempo maldito, infortunado;

llovizna criminal y sucia.


En aventuras, en la queja

del muerto y el terror de los vivos y el soplo

de los convalecientes.


Estoy en el clamor encontrado, fuera

de la felicidad y el fascismo y el olvido sin escuchar

la clausura y la ausencia,

sin tolerar la conmiseración, o desconocer

la alegría o la bondad o el dolor del caído.


Sin sentir resignaciones, sufriendo con rabia

la esperanza, viviendo a mi manera.



lunes, 18 de octubre de 2010

DOS DE UNO: ROBERTO JUARROZ

El amor empieza cuando se rompen...

El amor empieza cuando se rompen
los dedos

y se dan vuelta las solapas del traje,

cuando ya no hace falta pero tampoco

sobra

la vejez de mirarse,

cuando la torre de los recuerdos, baja o

alta,

se agacha hasta la sangre.
El amor empieza cuando Dios termina
Y cuando el hombre cae,

mientras las cosas, demasiado eternas,

comienzan a gastarse,

y los signos, las bocas y los signos,

se muerden mutuamente en cualquier

parte.
El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un

muerto disfrazado

sobre la soledad irremediable.
Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo

tercamente escondida

detrás de los finales.


El centro del amor...

El centro del amor

no siempre coincide

con el centro de la vida.

Ambos centros se buscan entonces

como dos animales atribulados.

Pero casi nunca se encuentran,

porque la clave de la coincidencia es otra:

nacer juntos.

Nacer juntos,

como debieran nacer y morir

todos los amantes.

Roberto Juarroz










PARA CUANDO VUELVAS DE NO HABERTE IDO NUNCA Y OTRAS CIRCUNSTANCIAS...‏


Tú con la palabra que yo dije,
tú con tu silencio,
tú contigo misma
en el mundo su-
bi-
da,

tú mi amor:

perdida, extra-
viada, una
y otra vez
regresada en el dolor: es

tarde.

Ayúdame,
ayúdate,
ayuda.

El camino de horas anduvo lo que dije.
El camino de horas anduvo lo que callé.
Anduvo y anduviste,
por lo infinito anduviste,
hacia delante y hacia atrás,
hacia ninguna parte, hacia la palabra, hacia allí.

Deja.
Un nombre se te abre,
otro:
quédate.


Paul Celan

De "La rosa de nadie" 1963

jueves, 14 de octubre de 2010

ME DECLARO VIVO!!!!!!!!!!! (NUNCA MUERTO Y ENTERRADO)...‏



FAUT-IL S'ABÉTIR?

-¿Hacia dónde vamos?
-Vamos hacia el sueño. ..
-¿De dónde venimos?
-Venimos del sueño...

Como las olas,
como los vientos...

(En vida, despiertos.
En vida, serenos
sobre el fuego.)

-¿Hacia dónde vamos?
-Vamos a la noche...
-¿De dónde venimos?
-También de la noche...

(En la vida, brote
la luz,
que el sol nos conforte.)

-¿Hacia dónde vamos?
-No vamos, no vamos...
-¿De dónde venimos?
-¿Por qué preguntamos?

Después lo veremos
si al fin vemos algo.

Vicente Gaos (Poeta español nacido en Valencia en 1919.)

AINARA
LA VERDAD NO SE PARTE

DIVORCIO Y ALGO MÁS...


"Los amores cobardes no llegan a amores..." J.S

1) Es siempre de esperar y fomentar UN COMÚN ACUERDO, es lo más conveniente y saludable en todos los casos, además de ser económico (también en todos los sentidos)

2) Un Común Acuerdo, como lo dice la palabra, se trata de un acuerdo de ambas partes, en donde NINGUNA traba a la otra en tanto Bienes ni acciones que perjudiquen o injurien. Es menester para ello CONTAR indispensablemente con la buena y clara disposición de ambas partes a Negociar si hubieran temas hasta el momento librados al azar despejando todo afán de entorpecer el único fin del mismo: Un divorcio NO controvertido.

3) Un Común Acuerdo No significa RESIGNAR o ENTREGAR (ya sea por métodos extorsivos o manipulatorios, u otros aspectos que están dentro del ámbito de la psicología del "te debo, me debés") para así, a cualquier "precio" SALDAR de lo que jamás será pagado finalmente: Éste es un tema que debe ser considerado en el terreno del análisis y dentro de un consultorio.

4) Un Común Acuerdo prevee aspectos compensatorios, considerando los beneficios extraordinarios que pudiera obtener alguna de las partes en detrimento de la otra (usufructo del inmueble en que habitaban durante la vida en común, auto, bienes dentro del hogar).

5) Un Común Acuerdo No es un Controvertido Disfrazado. Y si lo fuera, habría que desnudarlo.


Sin Otro particular, saludo a usted y sus patrocinantes muy atte.

AINARA

LA VERDAD NO SE PARTE



viernes, 8 de octubre de 2010

LA LETRA "V"


Violadas Violaciones Violáceas
Volteadas Volteretas Voladoras
Volantas Volitivas
Volverán Volcánicas Voluptuosas


Vueltas que volveremos
A ver violentamente Violadas
En cada cárcel
En cada olvido
En todo descuido
De nuestra inverosímil
Vigilancia

(a las víctimas que sobrevivieron a la Dictadura, a N y a M)



Secuestrados el 17/6/76







María Cristina tenía 28 años, era maestra. Claudio tenía 31 y era escritor. La pareja tenía una hija, Yamila, de dos años y María Cristina estaba embarazada de cuatro meses.
El 17 de junio de 1976, la pareja fue secuestrada de su domicilio en Paso del Rey, Buenos Aires, frente a los ojos de Yamila. La niña quedó a cuidado de sus abuelos maternos y de su tío
Victor Heredia. Al poco tiempo, el padre de María Cristina murió de dolor.
No se sabe la razón de su desaparición, pero un informe firmado por Albano Harguindeguy pide a los servicios que investigaran, persiguieran y exterminaran a unas 500 personas, y a sus familiares. Uno de los nombres en la lista era el de Victor Heredia, un canta-autor de izquierda muy famoso.
María Cristina fue vista en el CCD Cuerpo Primero de Palermo. Los dos permanecen desaparecidos.



Mara
Ya sabemos donde están las cosas muertas,
con rostros de asesinos que regresan
a explicarnos que jamás hicieron nada,
no sé bien dónde poner tanta tristeza.
Hoy tratemos de olvidar tanta mentira,
no quiero darte un beso con tal pena
que presienta otra vez estas heridas,
destilando su dolor de cosas viejas.
Mara, Mara, Mara,
déjame sentarme aquí
a pensar tan sólo en vos
a mirar en tus ojos estrellas
más grandes que el sol.
Al final la vida tiene esa costumbre
de mezclar su cubilete de tal forma,
que no hay quien pueda llegar hasta la cumbre
sin sufrir estrictamente algunas normas.
Hoy sé bien adonde están las cosas muertas,
no me vengan con oscuras bendiciones,
sólo quiero un tibio beso de la vida
sin recuerdo de torturas y dictadores.

Victor Heredia

jueves, 7 de octubre de 2010

"Soy la canción fatal de Eleanor Rigby"

Estoy lanzando piedras contra la oreja sorda.
Cambiante de ambos mundos.
Esto es la soledad y sus crepitaciones.
Estoy haciendo señas junto al tonto paciente
que yace en la colina y con la pobre loca
que remienda sus cuitas en un banco del parque.
Por sus dedos conclusos. De tejedora rota.
Destilan los retazos. La crónica final del abandono.
Le digo que me espere.
No es tiempo de morir a la sombra
marchita de los álamos.
Estoy lanzando piedras contra la oreja sorda.
Sangrante de este mundo.
Este mundo convexo que muestra sus espaldas.
Se extraviaron los planos
que ayuden a escapar del Laberinto.
Estoy lanzando piedras: soy la loca del parque.
Soy el tonto decrépito que yace en la colina.
Soy la canción fatal de Eleanor Rigby. Y soy la antología
de los que mueren solos. Sin traspasar el túnel.
Sigo lanzando piedras. Estoy cansada y sigo.
La loca muestra impúdica
la mueca desdentada de su hastío.
Vira al revés su bolso. Esparce pieza a pieza
su manojo de olvidos.
Le digo que me espere: no es tiempo de morir
a la sombra marchita de los álamos.
No resisto esta paz de abrevadero. Ni la culpa redonda
pendiente del manzano. Ni la flecha buscando
centro en mi cabeza.
Estoy lanzando piedras. Quizás encuentren eco.
O las devore el fondo.

María Elena Cruz Varela (Colón, Cuba, 1953).- POEMA DEL HONDERO


UNA RISA EN EL TEJADO



    • "¿Por qué soy humana, Sagrada? ¿Qué he hecho para merecer esto?", pregunta la voz narradora de un cuento de Leonora Carrington, en diálogo con Sagrada, la Diosa. Hay humor, sin duda, en esta pregunta, aunque también la que ha transitado por espacios fronterizos del cuerpo y el espíritu, lanza una pregunta y cree de verdad poder obtener respuesta: "Humano significa escrito en la carne; la palabra es dolor, y dolor, y dolor...", contesta Sagrada. El conocimiento, dice, es sólo lo que está "inscrito en la materia viva primordial", y los seres primarios, "sin sombra", "son caracteres que no puedes leer". "¿Y quiénes son?", vuelve a preguntar, y Sagrada contesta: "Los que ya no fingen saber quienes son".



      Igual que la narradora imagina una historia que empieza en la Crucifixión y se lee hacia atrás, hay en la vida de Leonora Carrington episodios que hacen pensar en el camino desandado, en la experiencia que vuelve, cargada de vida, sobre sus pasos. La pintora y escritora surrealista nace en 1917, en el seno de una rica y aristócrata familia inglesa. Expulsada de un colegio tras otro, alérgica a dictados sobre lo que "una niña" puede y no puede hacer, consigue escapar muy joven del estricto ambiente al que parecía destinada.



      En un cuento, feroz e irónico, que hace referencia al baile de debutante que su familia organiza para ella en el Ritz de Londres, nos cuenta cómo en aquella época se pasaba la vida en el zoológico, donde tenía más amigos que en cualquier otro lugar. "El animal que mejor llegué a conocer fue a una hiena joven...
      Le enseñé a hablar francés y a cambio ella me enseñó su lenguaje. Así pasamos muchas horas agradables". Por invitación de Leonora será esta hiena la que se disfrace de debutante y asista al baile en su lugar. Fiel a ese espíritu, en su edad madura, confiesa que el hombre es el animal que sitúa en el puesto más bajo de sus preferencias.



      A Max Ernst, al que conoce en Londres y con el que se fuga a Francia, debemos un bellísimo retrato de Leonora. El gran pintor, escribe en el prólogo al primer libro de cuentos de ella: "...Os presento a la Desposada del Viento. ¿Quién es la Desposada del Viento?... ¿Qué leña enciende para calentarse? Se calienta con su vida intensa, su misterio, su poesía. No ha leído nada, sino que se lo ha bebido todo. No sabe leer. Y sin embargo, la vio el ruiseñor sentada en la piedra del manantial leyendo. Y aunque estaba leyendo para sí, los animales y los caballos la escuchaban admirados". "No sabe leer, y sin embargo lee", dice Ernst, como muchos años más tarde, Leonora confesará que no pretende ni sabe explicar qué es lo que sucede cuando pinta; sólo cree saber que la pintura nace como una necesidad de conectar con los lugares invisibles de la psique humana; que las imágenes llegan y siente el impulso de comunicarlas... nada más. "Mi memoria tironea hacia la imagen nítida de algo jamás visto, aunque recordado y tan intensamente vivo que siento que me posee". "¿El mundo que pinto? No sé si lo invento, yo creo que más bien es ese mundo el que me inventó a mí".
      La crisis mental que sufre Leonora en su juventud coincide con su relación con Max Ernst y se desencadena cuando éste es internado por segunda vez en un campo de concentración francés, al inicio de la II Guerra Mundial. Leonora Carrington inicia un viaje que la llevará a Madrid, en busca de un visado para Ernst, y terminará en un manicomio de Santander. Este viaje se narra en sus sobrecogedoras y maravillosas Memorias de abajo.



      Igual que hay sueños que parecen cargados de claros mensajes y otros en los que reina una infinita confusión, también en el viaje de la locura se abren de pronto ventanas a la BELLEZA, o al menos a lo que podría llamarse belleza poética. Una sensibilidad como la de Leonora Carrington construye durante ese episodio terrible de su vida maravillosas geografías para la poesía, y en ese espacio en el que sus manos, "Eva (la izquierda) y Adán (la derecha) se comprendían" y multiplicaban por dos su habilidad, descubrimos ensoñaciones andróginas tan poderosas como la que se apodera de ella cuando deja de menstruar e imagina que se encuentra transformando su sangre en energía total, masculina y femenina, y en un vino que beben la luna y el sol. En su intento de apresar la memoria de una pesadilla -fulgurante pesadilla para quien lee-, nacerán pensamientos de una extraordinaria penetración. Su bola de cristal será un huevo, un huevo que es el macrocosmos y el microcosmos, la línea divisoria entre lo grande y lo pequeño: "Poseer un telescopio sin su otra mitad esencial, el microscopio, me parece símbolo de la más oscura comprensión. La misión del ojo derecho es atisbar por el telescopio mientras el izquierdo atisba por el microscopio".

      "Los que ya no fingen saber quiénes son", escribe. Da la impresión de que Leonora Carrington no finge saber quién es, que simplemente "es". O eso transmite la obra que conocemos de ella. "Mi hermano Mcbologan le espera desde mediodía. Yo soy Macflanagan, el Terror del Bosque. Mcbologan es la Maldición del Bosque, y Mchooligan es la Abominación del Bosque. Mchooligan es el cocinero". De qué manera tan natural conviven en Leonora Carrington El libro de los muertos tibetanos o la psicología de Jung y la Risa. Leyéndola, sobre todo, se siente que el humor tuvo y tiene en su vida y en su obra un valor fundamental, que la capacidad de provocar y autoprovocarse la risa es una de las claves más importantes para entender su universo creativo.

      "Miles de personas conocen mis pantalones de franela; y aunque sé que esto puede parecer coquetería, no lo es. Soy una santa". Eso escribe alguien capaz de imaginar un corazón, "seco como una nuez", que rueda en el interior del cuerpo cuando se ríe. Mientras, la risa de Sagrada, la Diosa, cae sobre ella, como "una lluvia en el tejado de mi cabeza".



martes, 5 de octubre de 2010

ALGO DE BERTOL BRECHT...


A los hombres futuros
I
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida
Pero, creedme. es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,
[estaría perdido).
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia.
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
II
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
III
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia. “

PARA CONSIDERAR : UNA MIRADA ...


LA MIRADA ESQUIVA
Por: Teresa Batallez
La Nación

Los alumnos llenan las salas de museos de arte. Pero no miran las obras. Están concentrados sacando fotos con su máquinas digitales.
Una docena de madres va con sus coches camino a la plaza. Pero no miran ni hablan con sus bebés. Están enganchadas dale y dale con el celular.
Descubren una obra maestra en el hall de entrada de un edificio de 20 años y, cuando se la llevan, los vecinos protestan porque no tuvieron tiempo para observarla.
Se venden anteojos de sol cada vez más sofisticados. Ta vez porque ahora se los usa a la sombra durante largas conversaciones en las que no se deja asomar ni una pestaña.
Algunos médicos recetan por internet y algunos periodistas cubren guerras desde su casa.
¿Dónde quedó la mirada? Esquiva en estos tiempos tan apurados así como urgente en una época de saturación virtual, la mirada escasea en su rol de mirar tanto como en el de dejarse ver. La mirada es urgente para saber dónde estamos parados, urgente para saber de los otros, urgente para poder proyectar, para poder apreciar y tener juicios propios.
Mirar exige DETENERSE, hacer foco, VALORAR. Coincide poco con la modernidad adicta a la velocidad, a la dispersión y al " todo vale", pero ¿no es preferible estar pasado de moda que perderse los beneficios de quien puede mirar?
El que mira aprende, incorpora, CRECE. SE ASOMBRA, se alegra o se disgusta, PERO NUNCA SE AHOGA EN LA NADA DE LA INDIFERENCIA.
Cuando no absorbemos la realidad con el filtro de la propia mirada corremos el riesgo de la manipulación, del error ajeno, de la distorsión adrede o del engaño. Cedemos a ciegas y gratuitamente el poder de nuestra individualidad. Renegamos de una herramienta de conocimiento infinito. No mirar es una forma de deshacernos de responsabilidad: no mirar duele menos, compromete menos. No mirar la pobreza ni el dolor ni el mal evita sufrimiento. También nos limita no mirar el bien: no detenerse ante la belleza, no reparar en los gestos cotidianos nobles, en lo grande detrás de lo simple.
Tan importante como mirar es que permitamos a otros ver nuestra mirada. porque la mirada atiende y dice, aunque no se pronuncie palabra: contiene, expresa, da. Esconder la mirada es mezquino con aquellos a quienes negamos el derecho a que nos lean con la suya. No son pocos los que no miran cuando hablan pero también eso se puede leer: sienten temor de que sus ojos delaten lo que prefieren dejar oculto. La no mirada por elección es una manera de elegir la incomunicación.
¿ Adónde fue a parar la mirada? ¿Qué vemos cuando no miramos? La mirada fue a parar al ombligo y probablemente sólo veamos- en forma reiterada- nuestro propio reflejo. Una y otra vez, retroalimentándose de un yo que no mira y sólo chupa de su propia sangre. No sabemos que no miramos porque la costumbre inhibe la conciencia. Y a menor conciencia, menor humanidad.


"El hombre está condenado a ser libre" J.P Sartre

¿Qué hacemos con lo que hicieron de nosotros?
Autor: José Pablo Feinmann

Y la grandeza del hombre reside en muchas cosas. Reside en que es finito en un mundo infinito, es imperfecto en un mundo perfecto, lo angustia su pequeñez, lo angustia la idea de la nada, lo angustia la idea del dolor, de la injusticia; y también la grandeza del hombre (todavía, porque puede ser que esto no sea para siempre) todavía puede radicar en que se rebele contra lo que intentan hacer de él.

Sartre tiene una frase que dice “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Esta es una de las frases más fundamentales de toda la historia de la humanidad, porque evidentemente desde que nacemos hacen de nosotros algo. Nosotros nacemos y nos hablan. Recibimos como una esponja palabras, palabras… Cuando empezamos a hablar decimos las palabras que nos dijeron. Es decir, no tenemos un lenguaje propio, creemos que dominamos una lengua y es esa lengua la que nos domina a nosotros. Pero alguna vez diremos una palabra nuestra y esta va a ser nuestra libertad. Entonces es cierto, está el lenguaje que nos condiciona, el entorno sociopolítico que nos condiciona, el inconsciente, todo eso, todo lo que quieran. Pero en algún momento, a partir de algún momento, tenemos que ser responsables de nosotros mismos porque somos lo que elegimos ser. Entonces bienvenida la frase “cada hombre es lo que hace, con lo que hicieron de él”.

La grandeza de la filosofía son estas cosas, entender estas problemáticas, en realidad esto requiere coraje. Porque la vida que alguien lleva puede parecerle injusta, pero es mansa, porque se deja llevar. Bueno, usted a la mañana se afeita, desayuna, va al trabajo, el jefe lo trata mal pero no lo escupe por lo menos, almuerza, se toma un digestivo, tiene problemas con el tránsito, llega a su casa agotado, pero nada grave lo acosó durante el día, saluda a su mujer y pasó otro día en su vida. Sí, pero no pasó, porque no pasó nada en su vida, no pasó nada. O sea, usted la pasó bien, usted no se amargó, usted no se asustó, no se angustió, se deslizó a lo largo de su día como una especie de hoja en la tormenta del capitalismo del siglo XXI, que es el único sistema que está vigente.

¿Pero cuánto más interesante hubiera sido si de pronto, usted se para y dice “pero caramba, qué vida de porquería estoy llevando, no puedo seguir así. Que porquería de trabajo, de familia, la televisión qué basura, muestran solamente algo redondo, ¿No tienen cara las mujeres? ” No, olvídese de los ojos, de los labios, no hay más eso, ahora las mujeres tienen una sola cosa: culo. Y usted tiene que ver eso, porque eso le están dando.

Entonces a partir de ese momento usted dice “bueno, esto no va más”. Pero ojo, a partir de ese momento usted está solo. Está solo. Y eso se lo tiene que bancar. Se lo tiene que bancar y eso es una actitud filosófica, y eso es muy difícil, porque usted a partir de ahí dejó de pertenecer a la manada, y comienza a pertenecer a usted mismo. Y cuando usted comienza a pertenecer a usted mismo ya no tiene justificaciones, ya no puede distraerse, tiene que elegir, y usted va a ser el responsable de cada una de sus elecciones.

La filosofía es pues, coraje.



--
AINARA

LA VERDAD NO SE PARTE

lunes, 4 de octubre de 2010

A SOLAS CON CONSTANTINO CAVAFIS

Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino. (...)


"Cuerpo, recuerda no solamente cuánto fuiste amado,
no sólo los lechos en que te acostaste,
sino también aquellos deseos que por ti
brillaban en los ojos manifiestamente,
y temblaban en la voz -y algún
obstáculo casual los hizo vanos.
Ahora que todo ya está en el pasado,
parece casi como si a los deseos
aquellos te hubieses entregado -cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo"


"Así tan intensamente contemplé la belleza,
que plena está mi vista de ella.
Líneas del cuerpo. Labios rojos. Miembros voluptuosos.
Cabellos como tomados de estatuas griegas:
siempre hermosos, aun cuando están despeinados,
y caen, un poco, sobre las frentes blancas.
Rostros del amor, tal como los anhelaba
mi poesía ... en las noches de mi juventud,
en mis noches, furtivamente, hallados...
"


"Cuando de repente, a medianoche, se escuche
pasar una comparsa invisible
con músicas maravillosas, con vocerío -
tu suerte que ya declina, tus obras
que fracasaron, los planes de tu vida
que resultaron todos ilusiones, no llores inútilmente.
Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,
di adiós a Alejandría que se aleja.
Sobre todo no te engañes, no digas que fue un
sueño, que se engañó tu oído:
no aceptes tales vanas esperanzas.
Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,
como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno,
acércate resueltamente a la ventana,
y escucha con emoción, mas no
con los ruegos y lamentos de los cobardes,
como último placer los sones,
los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso,
y dile adiós, a la Alejandría que pierdes.
"


"Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias
a aprender y aprender de los sabios.
Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.
Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Ítacas qué es lo que significan."


"Y si no puedes hacer tu vida como la quieres,
en esto esfuérzate al menos
cuanto puedas: no la envilezcas
en el contacto excesivo con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.
No la envilezcas llevándola,
trayéndola a menudo y exponiéndola
a la torpeza cotidiana
de las compañías y las relaciones,
hasta que llegue a ser pesada como una extraña."


"Los días del futuro están delante de nosotros
como una hilera de velas encendidas
-velas doradas, cálidas, y vivas.
Quedan atrás los días ya pasados,
una triste línea de veles apagadas;
las más cercanas aún despiden humo,
velas frías, derretidas, y dobladas.
No quiero verlas; sus formas me apenan,
y me apena recordar su luz primera.
Miro adelante mis velas encendidas.
No quiero volverme, para no verlas y temblar,
cuán rápido la línea oscura crece,
cuán rápido aumentan las velas apagadas."


SIN SALIDA...


Ojo agudo, atroz, encallecido de tanto gritar entre sombras tu sombra. No eras más que una ilusion óptica, una luz de artificio dentro de un ojo sin ventanas al mar...


sábado, 2 de octubre de 2010

Excluídos o Excluyentes???



La exclusión social supone negar a la persona el derecho a ser persona. Si el hombre es un ser social, al excluido, con tan sólo un pasar de largo, se le arrebata aquello que permite sentirse humano. El excluido es aquel al que la sociedad le da la espalda. Los políticos no suelen ocuparse de ellos. En los medios de comunicación apenas aparecen. El excluido social no disfruta de los derechos más básicos, porque la sociedad no se los reconoce y porque él no puede reclamarlos.

Si la sociedad no favorece al débil, lo excluye. La falta de interés por la educación que reciben los niños de los barrios marginales asegura una tasa de exclusión para el futuro. La igualdad de oportunidades se limita a una frase hecha si no se ponen los medios públicos al alcance de todos.

Si la sociedad no es capaz de adaptarse a las nuevas realidades, la suma de minorías excluidas pueden convertirse en la mayoría de la población.

El “abuelo”, que hasta hace poco era una figura fundamental en la mayoría de los hogares, se enfrenta a una de las exclusiones más sutiles: la soledad. En un país tradicionalmente familiar como España, un millón y medio de ancianos viven solos, y de ellos, el 20% reconoce que su principal problema es la falta de compañía.

Los grupos de exclusión cambian con el tiempo. A lo largo de la historia, han sido excluidos sociales los judíos, los zurdos, los enfermos mentales, los gitanos, los actores, o los portadores del virus del Sida. La homosexualidad o el consumo de drogas se han rechazado o dignificado según las distintas culturas. Sería bueno comprobar qué grupos de exclusión creamos en nuestro desarrollo y cuáles hemos hecho desaparecer, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Ahora, la principal causa de exclusión mundial es, sencillamente, la pobreza.

El excluido no es el que ha perdido el trabajo, sino el que no tiene esperanzas de recuperarlo. El problema de los excluidos no es que tengan problemas, es que no tienen a quien contárselos. Excluido es el inmigrante que llega en patera, es la prostituta a la fuerza, el drogadicto, la mujer maltratada, el sin hogar. Y el abuelo que no entiende una receta y no tiene quien se la explique; y el enfermo sin una visita desde hace meses; y el homosexual si debe callarse lo que siente; y el minusválido delante de una escalera. Pero los excluidos no eligen serlo. Entre todos escribimos su etiqueta. Nadie es excluido por lo que es, sino por el trato que recibe de los demás. Quizás, el excluido no existe, y sólo existimos los excluyentes.

Alberto Senante Carrau
Centro de Colaboracioes Solidarias