Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el
tormento.
Allá donde termine este afán que exige un dueño a
imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
El título del poema y del libro, Donde habite el olvido, nos remite necesariamente al verso de Bécquer tantas veces mencionado y inspirador ("Rima LXVI") y nos señala de modo claro dónde se halla la inspiración y el profundo aprendizaje de Cernuda. No dejó casi nunca de ser fiel al surrealismo pero bebió en la más profunda fuente de Occidente: el romanticismo, concretando más - el romanticismo alemán. La poesía de Höderlin es su modelo cuando nos presenta al poeta frente a la hostilidad del mundo. La figura del diablo (no en sentido cristiano sino como encarnación de la beldad juvenil y de la rebeldía moral) la toma del poeta alemán.
Aprecia y gusta de la compañia de los poetas muertos. Cernuda lee además a Jean-Paul, Novalis, Blake, Colerdige, y los proclama miembros de su familia y siente hacia ellos como un eterno reconocimiento. Intenta ser digno de ellos y la mejor manera de serlo es afirmar su verdad, ser él mismo. Está es la lección profunda de los románticos. Los románticos ingleses, que descubre algo más tarde, están también presentes en su poesía. Terminará este largo recorrido en los grandes mitos del Occidente cristiano sin dejar, sin embargo, de ser romántico. Solamente el conocimiento de T. S. Eliot terminará moderando sus impulsos románticos cuando Cernuda ha llegado ya a la madurez.
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